sábado, 24 de octubre de 2009

EL TRIPLE CRIMEN DE LAS KALED

Hoy, casi 26 años después, en Barranquilla la gente aún se pregunta: ¿por que mataron a trancazos a tres indefensas mujeres?
En la madrugada del lunes 5 de marzo de 1984 yo llegué más o menos a las 5:30 AM. en mi moto Kawasaki, a la esquina de la calle 72 con la Cra.44 a un kiosco donde vendían ostras Allí escuché a una muchacha del servicio domestico le gritándole a otra que estaba en un segundo piso: “En la carrera 44 con la calle 75 mas allá de la tienda Santa Marta, mataron un poco de gente”.
Yo había llegado a ese kiosco, a esa hora, casualmente, y tan pronto escuche aquella información ( como trabajaba en la Crónica Roja de LA LIBERTAD) pese a que en esos días de carnaval el periódico no circulaba, me dirigí al lugar indicado por la muchacha.
Cuando llegué a la tienda Santa Marta, Cra. 44 con calle 75 , es decir, a media cuadra del lugar de los hechos, me sorprendí al ver que Benjamín Gómez , fotógrafo de la LIBERTAD, ya estaba allí . “Nojoda tienes el golero en el hombro, le grité y él, al verme me apuró; agitando las manos, para que corriera hacía la casa verde que estaba a mitad de cuadra y mirara por una ventanita antigua, de aquellas que tenían bolillitos de madera. Lo que vi me dejó marcado para siempre. Horrorizado vi, primero, el cuerpo de una muchacha de algunos quince años, tirada boca abajo, con el pelo mojado, giré la cabeza y vi otra señora de algunos 50 años, sentada sobre un mueble de la sala con un trancazo en el rostro y mas al fondo de la vivienda, a la entrada de un baño, una mano de una señora mayor. Eran Lucía Fernanda Kaled, de 16 años y estudiante del colegio Nuestra Señora del Buen Consejo, quien según el dictamen de Medicina legal murió hacía las 3.30 AM, Nina Kaled, de 50 años, quien se desempeño como funcionaria en la Electrificadota del Atlántico y quien murió hacía la 1. 00 AM y Lucía de Kaled, de 74 años, dedicada a un Movimiento Cristiano, quien murió hacía las dos de la mañana. La casa estaba totalmente desordenada, los muebles tirados al revés, las cortinas desprendidas y las trancas regadas por todas partes.
Después me fui con Benjamín, a revelar las fotos, ya la noticia se había regado por toda la ciudad pese a que en aquellos momentos no habían noticieros locales, ni periódicos, porque estábamos en pleno carnaval, hasta la gente se salía del Festival de Orquestas, en el Coliseo Cubierto, donde ese año se presentaron el Gran Combo, Johnny Ventura, Juan Piña , Jorge Oñate, entre otros, y desfilaban para ver la macabra escena. El alcalde de Barranquilla Jacobo Acosta Bendeck y la reina del carnaval Flavia Santoro, llegaron al lugar de los hechos.
La investigación dirigida por Luis Donado Sotomayor, indicó que en la noche del domingo las damas recibieron la visita de don José Kaled, padre de la niña Lucia Fernanda, quien residía en la carrera 43B No. 76-40, es decir, a pocas cuadras del lugar y quien fue a llevar a su hija para que se quedara aquella noche en casa de su tía Nina y su abuelita Lucia. Sin embargo, un vaso y una botella de aguardiente fueron “testigos mudos” que alguien más había estado aquel domingo en casa de las Kaled.
Las huellas de unos pies descalzos, que quedaron impregnadas con sangre en una de las baldosas de la casa, así como las manchas de sangre sobre el teléfono indicaban que una de las tres damas asesinadas intentó tomar el teléfono, pero fieros golpes de tranca se lo impidieron. Despues de revelar las fotos me fui con Benjamín para las instalaciones del antiguo F-2 de la calle 47 haber que datos habían sobre el triple crimen. Allí me dijeron que ya habían capturado a tres sospechosos y que el abogado era Sostenes Zabarían, mi hermano, quien al verme montó en cólera y me dijo : Eche, tú también crees que esos muchachos ( los capturados eran sus clientes , dueños de una discoteca que quedaba en la parte de atrás de las Kaled y quienes habían tenido problemas con ella por la bulla del equipo de sonido) tienen algo que ver con esa vaina?
Los doctores German Rosales Llanos, Q.E.P.D. y Antonio Nieto Güete, dos de los abogados mas prestantes de la ciudad y con quien manteníamos una estrecha relación de “profesor a alumno” también llegaron al F-2 habían recibido poder de la familia García para constituirse en parte civil me indicaron: “Cuidado vas a cometer el error de decir en el periódico que a esas damas las asesinaron unos sicópatas, como están diciendo por ahí, porque eso va contra el mas elemental razonamiento lógico. “A esas mujeres tuvo que matarlas una sola persona, porque el estilo es el hombre. Nada explica que una “banda de criminales” se convoque para matar a sus victimas; en una misma forma y con una misma arma”

La ciudad estaba conmocionada sólo se conocía el comentario callejero sobre el execrable crimen. Y la gente desfilaba frente a la casa situada en la carrera 44 entre calles 75B y 76, donde hoy en día está el Jardín Americano, tratando de develar el misterio. En Barranquilla todo el mundo se convirtió en detective y todo el mundo opinaba. Marco T Barros Ariza, quien es vecino del sector, me dice que la gente en la cuadra duró dos días sin dormir. Surgió la novela callejera.

Sin embargo, el miércoles 7 de marzo de 1984 los diarios reseñaron en primera página: “Sicópatas asesinaron tres damas en el Carnaval”. La información ilustraba cómo habían sido golpeadas con trancas tres mujeres de una familia prestante: madre, hija y sobrina en el barrio El Porvenir.

Vino entonces esa oleada de información permanente que duró tres años, donde casi a diario se publicaba algo nuevo sobre el crimen. (Por razones de espacio esta historia la continuaré narrando en próxima oportunidad).-
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