Desde su fundación en 1951, en el mundo se decía que “Todos los servicios de inteligencia del mundo, son alumnos del “Mossad”, el servicio de inteligencia israelí, que logró la captura en Argentina, del líder nazi Adolfo Eichmann en 1960, la aniquilación de los planificadores de la masacre de los Juegos Olímpicos de Munich en 1972 y el asesinato de un alto Jefe de Hamas, con un teléfono bomba en 1996. Eso era lo mejor en inteligencia; hasta que los colombianos hicieron “La Operación Jaque”.
En 1984, el “Mossad”, mediante “la Operación Moisés”, sacó clandestinamente de Etiopía a miles de judíos falashas en avión, pero no hay punto de comparación con la 'Operación Jaque', hazaña mediante la cual el 2 de julio de 2008 se liberaron a Ingrid Betancourt, a los civiles estadounidenses Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell, y a once militares y policías colombianos.
Para no reconocer la hazaña de nuestros hombres, los gringos dijeron que Washington facilitó los recursos técnicos para la 'Operación Jaque', porque supuestamente un avión 'plataforma' (de inteligencia) facilitado por Estados Unidos, sirvió para toda la trama de comunicaciones del operativo, donde interceptaron los equipos de radio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pero en realidad fueron los colombianos solitos quienes idearon, plantearon, e hicieron la estratagema para engañar a los guerrilleros. Fueron los colombianos solitos quienes escogieron el número de personas que intervinieron en la operación y los papeles que representaron.
Era tanto el deseo de desmeritar la operación Jaque que atribuían a los gringos la interceptación de los equipos de radio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pero se criticó el hecho de que se hubiera utilizado un emblema del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Y pese a que el presidente Uribe aceptó que uno de los militares había usado el emblema del CICR en su chaleco y se disculpó públicamente, para los críticos era mas importante un trapo que la vida de los secuestrados.
En esta crónica no es posible contar las sorprendentes infidencias de ese operativo, ni preguntar: ¿hubo antes otras posibilidades de rescate? ¿Hasta dónde intervino Estados Unidos? ¿Cuál fue la función de César y Gafas, los jefes del frente primero de las FARC? ¿Habían planeado los secuestrados tomarse el helicóptero? Sin duda, este es uno de los más apasionantes hechos del último tiempo
Esta operación, sin precedentes en Colombia, no sólo fue importante por “la liberación de los secuestrados”, sino también porque en ella primó la inteligencia militar, la infiltración y no registró pérdidas humanas, ni siquiera hubo disparos.
Pero digan lo que digan, ni Rusia, que tiene una sólida tradición de espionaje, que se remonta a la época zarista, y que desde que Vladimir Putin, ex jefe del KGB, llegó al poder, el SIE volvió a pavonearse con “uno de los servicios de inteligencia más profesionales y eficientes del mundo” puede mostrar una operación igual a la colombiana.
Ni China, que igualmente tiene un buen servicio de inteligencia, lograría la hazaña de los colombianos; porque su especialidad es espiar el análisis industrial. Además sus actividades fuera del continente asiático, están centradas en las industrias de alta tecnología y pese a que en septiembre de 2007, el Pentágono acusó a China de hackear las bases de datos del Departamento de Defensa de EE UU, no se cree que los chinos podrían hacer una “Operación Jaque”.