¡CRÍMENES QUE POR ATROCES
NADIE QUIERE OLVIDAR!
*El parricidio de “Juanito”, el caso
Kaled, y otros.
Raúl Mestre
En aquellos años, cuando en Barranquilla
sucedía un crimen atroz, ejemplo; cuando “Juanito mató a sus padres” uno se encontraba en cualquier esquina a una
persona dispuesta a contar lo que sabía de ese
crimen. Después cuando apareció “la ley del silencio” y con ella las evasivas: "este me dijo", "yo escuché
esto", "a mí me contaron" nadie quería comprometerse. Sin embargo, hace 24 horas, en el barrio San
Roque, el más tradicional de todos los barrios de
Barranquilla, apareció un personaje, que me
hizo volver a esos tiempos en que indagar se me convirtió en una pasión. Es un hombre anónimo, flaco,
de barbas largas, con una guayabera
blanca, quien al reconocerme, ahí entre los jugadores de dominó; hablando
de alguno de los crímenes que han ocurrido en Barranquilla, interrumpió la
charla, se entusiasmó, acomodó una silla desvencijada en la mitad de la conversa y sin quitarme la vista de encima, dijo; que
recuerda “con pelos y señales”, los
crímenes mas atroces que han ocurrido en esta ciudad y rápidamente se convirtió en el centro de la charla.
Como una maquina, el hombre empezó diciendo que se acuerda, como si fuera hoy, que en la
madrugada del 4 de mayo
de 1946, en una elegante zona residencial del
Prado, una prestigiosa dama de
nuestra sociedad, llamada: Adela Sánchez de Zambrano, fue asesinada en su
propia casa. Y con esa extraordinaria
manera de narrar las cosas, (hay que reconocerlo) el hombre continuó diciendo que la mencionada
dama estaba embarazada, y que
la prensa de aquel entonces, “El Nacional”, creo, decía que ella fue asesinada por su esposo Eduardo Zambrano, pero, como el hombre, no solo quiere mostrar su
buena memoria, sino que también le gusta
ser protagonista lanzaba en
medio de la expectativa de los jugadores, su propia teoría imaginaria de cómo
debió ocurrir el crimen.
Argumentaba con
pasión que un hijo de la occisa, quien solo tenía 8 años dijo que a su mama
la mató su tía, es decir, una hermana de su esposo”. Como el hombre estaba empecinado en indagar el pasado,
rastreando pruebas y argumentando con una sabrosura que emocionaban a sus contertulios, por lo certero de los datos, aprovechó la ocasión para decir que también recordaba que el jueves 21 de agosto de 1952, a eso de las
ocho y media de la noche, mataron a
“Jorge Saieh, un muchacho de sólo 32 años, de familia honorable, y
natural de Belén (Palestina) cuyo cadáver lo hallaron sentado al volante de su propio automóvil en el barrio Ciudad
Jardín, (calle 82 entre carreras 41 y
43),. “Una bala le perforó el cráneo de
extremo a extremo. Pero como antes
de suceder el crimen, Jorge Saieh había sido visto con tres acompañantes por
los alrededores del Estadio Romelio Martínez, el crimen se tornó en un
misterio.
Cuando todos pensábamos que se le había acabado el repertorio,
el hombre se tomó un vaso de agua y recordó que el jueves 19 de julio de
1934, “creo que en horas del medio
día en el Paseo Bolívar, frente donde quedaba el Banco Comercial
Antioqueño, donde hoy en día; queda un
centro comercial, y en medio de una gran balacera, mataron a Eugenio González Porrati (hijo
del general Eparquio González) y a Pedro del Toro. La balacera se formó
porque los dos estaban peleando la
propiedad de unos lotes en el
barrio Chiquinquirá”.