jueves, 31 de mayo de 2012


¡CRÍMENES QUE  POR ATROCES
 NADIE QUIERE   OLVIDAR!
*El parricidio de “Juanito”, el caso Kaled, y otros.
Raúl Mestre
En aquellos años, cuando en Barranquilla sucedía un crimen atroz, ejemplo; cuando “Juanito mató a sus padres”  uno se encontraba en cualquier esquina a una persona dispuesta a contar lo que sabía de ese   crimen. Después  cuando  apareció “la ley del silencio” y con ella  las evasivas: "este me dijo", "yo escuché esto", "a mí me contaron" nadie quería comprometerse.    Sin embargo, hace  24 horas, en el barrio San Roque,  el más  tradicional de todos los barrios de Barranquilla,  apareció un  personaje,  que me  hizo volver a esos tiempos en que indagar se me convirtió  en una pasión.  Es un  hombre anónimo,   flaco, de barbas largas,   con una guayabera blanca,  quien al reconocerme,  ahí entre los jugadores de dominó; hablando de alguno de los crímenes que han ocurrido en Barranquilla, interrumpió la charla, se entusiasmó, acomodó una silla desvencijada en la  mitad de la conversa  y sin quitarme la vista de encima,  dijo;  que recuerda “con pelos y señales”,  los crímenes mas atroces que han ocurrido en esta ciudad y  rápidamente se convirtió  en el centro de la charla.
Como una maquina, el hombre  empezó   diciendo que se acuerda, como si fuera hoy,   que  en   la  madrugada del 4 de mayo de 1946, en una elegante zona residencial del  Prado,  una prestigiosa dama de nuestra sociedad, llamada: Adela Sánchez de Zambrano,  fue asesinada en su propia casa. Y  con esa extraordinaria manera de narrar las cosas, (hay que reconocerlo)  el hombre continuó diciendo que la mencionada dama  estaba embarazada, y que la prensa de aquel entonces, “El Nacional”, creo,  decía que ella  fue asesinada  por su esposo Eduardo Zambrano, pero,  como el hombre, no solo quiere mostrar su buena memoria, sino que también  le gusta ser protagonista  lanzaba en medio de la expectativa de los jugadores, su propia teoría imaginaria de cómo debió ocurrir  el crimen.
Argumentaba con  pasión que un hijo de la occisa, quien solo tenía 8 años  dijo que    a su mama  la mató su tía, es decir, una hermana de su esposo”.  Como el hombre  estaba empecinado en indagar  el pasado, rastreando  pruebas y  argumentando con una sabrosura  que emocionaban a sus contertulios,  por lo certero de los datos,  aprovechó la ocasión para decir  que  también recordaba  que  el jueves 21 de agosto de 1952, a eso de las ocho y media de la noche, mataron a  “Jorge Saieh,  un muchacho  de sólo 32 años, de familia honorable, y natural de Belén (Palestina) cuyo cadáver lo hallaron   sentado al volante  de su propio automóvil en el barrio Ciudad Jardín,  (calle 82 entre carreras 41 y 43),. “Una bala le  perforó el cráneo de extremo a extremo.  Pero como  antes de suceder el crimen, Jorge Saieh había sido visto con tres acompañantes por los alrededores del Estadio Romelio Martínez, el crimen se tornó en un misterio.  
Cuando todos pensábamos que se le había acabado el repertorio, el hombre se tomó un vaso de agua y  recordó que el  jueves 19 de julio de 1934,  “creo  que en horas del medio día  en el Paseo Bolívar,  frente donde quedaba el Banco Comercial Antioqueño,  donde hoy en día; queda un centro comercial,   y en medio de una  gran balacera,  mataron a  Eugenio González Porrati (hijo del general Eparquio González) y a  Pedro del Toro. La balacera se formó porque los dos estaban peleando la  propiedad de unos lotes en el  barrio  Chiquinquirá”.