¡LA “ÉPOCA BRAVA” Y EL HORROR
EN LA CAPITAL DE
LA MONTAÑA”!
A las seis de la tarde todos tenían que encerrarse en sus casas
Raúl Mestre
Ahora que la televisión hace “el recuento de la época brava
en la capital de la Montaña”, presentando a “Los tres caines” recuerdo que para
ese entonces en Medellín la gente a las seis de la tarde, permanecía temerosa y todos
tenían que encerrarse en sus casas porque sabían que aquel “que debía
llamar a esa hora no llamaría”,
y que aquella que debía llegar
ya no llegaría y
nadie podía ver lo que pasaría después de esa hora en aquella ciudad.
Los restaurantes permanecían
desocupados, los hoteles vacíos. En la ciudad se respiraba una completa
zozobra; en las calles unos muchachos repartían
hojas volantes, dirigidas a los
taxistas donde les decían que si trabajaban después de las 6 de la tarde
serían asesinados.
En esa época
terrible, llegué al aeropuerto de Rionegro. Allí me encontré con mi primo
Antonio Vega, y bajamos a Medellín por una vía que se llama Las
Palmas. Ese día la carretera estaba cerrada, porque 14 personas habían sido asesinadas, quemadas, torturadas
y tiradas en esa vía'. Recuerdo que
logramos pasar gracias a unos policías a quienes Antonio,
les explicó que yo venía de
Barranquilla, para un tratamiento médico urgente ” Los policías nos
abrieron paso. Sin embargo a unos 20 minutos, cuando íbamos llegando al Hotel,
escuché una explosión enorme, a una
cuadra de allí, habían puesto un carro bomba que dejó unos 20 ó 25 muertos'
entre ellos la mujer del dueño de la
pensión donde yo casualmente me iba a
bajar.
Recuerdo que era un paisa
bonachón quien a pesar de la tragedia que estaba
viviendo, no estaba triste, sino
nostálgico mirando la cama donde todas las tardes solía
acostarse con su mujer para
hablar de aquellos días felices
de las “vueltas a Colombia en bicicleta, de Cochise , el gran ciclista,
de Ramón Hoyos Vallejo , el pentacampeón, en fin, de Rubén Darío Gómez, el
tigrillo de Pereira , el hombre de camisas “Jarcano”.
El hombre miraba
el tocador y recordaba que su mujer era coqueta “Eh, avemaría, esa no
salía ni a la esquina, sino se miraba
quinientas veces en el espejo”. Después el hombre miró el cuadro del Corazón de Jesús, y dijo
que no entendía por qué aquella tragedia había envuelto a una mujer tan
creyente “todos los días antes de ponerse los tenis, para salir a
trotar se encomendaba a esa imagen”. Incluso el día anterior a la tragedia como a las 4pm, iba
caminando con ella por la avenida Junín
y vimos cómo el compañero de una persona que iba en una
moto, se bajó y mató a dos personas y , ella mientras la
gente se quejaba de aquella ola de inseguridad tan terrible , lo primero que
hizo fue dirigirse a la iglesia de la Veracruz a rezar por los muertos”.
Ese mismo día, después de dejar la maleta en esa
pensión, cogí un taxi, iba hacia el
centro y vi cómo dos personas
pararon el taxi que iba adelante y dos sicarios mataron al taxista'. ¡No! Por Dios, ¿Esto qué
es? Me pregunté y un muchacho que estaba
en una esquina me dijo que “Ése era un día normal en la vida de Medellín”.
Y hay que ver que todo eso
pasó entre las 7 de la mañana y la 1 de la tarde'
'Cuando uno llegaba al hotel, los huéspedes decían que trancaban
la puerta con una silla, para evitar que alguien se metiera'.
Esa era la Medellín de los años “ochentipuya” y cada vez que iba, la situación era mucho
más tensa, más complicada.' Me tocó
vivir la bomba del Hotel Intercontinental
fue una cosa aterradora, un carro bomba de 400 kilos, que dejó
muchísimos muertos'. Por eso cuando el dueño de la pensión, ese antioqueño
bonachón y regionalista, para joderme la vida me preguntaba si en Barranquilla todavía habían
esos arroyos tan feos, yo le decía que si pero que afortunadamente era una
ciudad tranquila. Incluso para desquitarme le dije que mis hijas cuando yo iba
para Medellín se ponían a llorar. Y el hombre con ese humor propio de los
paisas, torció la boca y después de un
largo rato me preguntó: ¿Y es que sus niñas son bobitas?
Después de eso, para mi más grande decepción, esa misma
guerra poco a poco
se fue trasladando a las calles de Barranquilla, pero
esa historia se las cuento en el
próximo festivo