De acuerdo con las estadísticas de Undeco, la entidad que agrupa al gremio de tenderos en la ciudad, los últimos años han sido particularmente críticos para el sector, pues han tenido que soportar atracos, secuestros, y hasta asesinatos, por parte de bandas que aprovechaban que las tiendas abrían temprano para camuflarse entre los clientes y atracar o esperaban a que los tenderos regresaran del mercado para “encuellarlos”.
Por eso los tenderos dejaron de madrugar y son pocos los barrios donde hay una tienda abierta a las cinco de la mañana. Por el contrario abren tarde y cierran temprano. Me cuentan que en El Ferri, hay una tienda que cierra súper tarde, y que cuando un “vale” esta tomando y se le acaba el trago va a esa tienda y consigue. Sin embargo, también me contaron que ya llegaron “motorizados” con 9mm diciendo que van a cerrar esa tienda y como estuviera abierta después de 10, le van a dar “piso” al dueño y a sus clientes, supongo yo, pues las balas no tienen GPS para saber la ubicación exacta de su victima, así que si hay un cliente, mal parqueado, también le pueden dar “viaje”.
Los atracos en la madrugada se volvieron tan frecuentes que, pocos tenderos corren el riesgo de abrir temprano sus negocios, por eso ahora que las tiendas abren tan tarde, recuerdo aquellos tiempos, cuando la leche la repartían en botellas de vidrio, eran unos envases gordos y la leche era espesa con nata, y los manes que la llevaban; iban en un viejo camioncito V.M. que llegaba como a las cinco de la mañana, y se bajaban cada uno con una canastilla de 6 envases en cada mano y las iban dejando en las puertas de las casas.
Las botellas de leche permanecían, ahí, en la puerta de cada casa, (nadie se las robaba), hasta que las mujeres se levantaban a barrer el frente y las recogían. Claro, que eso no duraba mucho tiempo, porque eran mujeres que se levantaban temprano a preparar desayuno, lavar la ropa, planchar, en fin, y barrían, no como ahora, que duermen hasta la una de la tarde, y si “La Triple A” no recoge la basura, ahí se queda hasta que "Sn Juan agache el dedo" pase un arroyo bien fuerte y se la lleve.
Y es que en verdad, hoy en día, las mujeres tienen todo más fácil, "de bola a bola", como dicen los que juegan billar, no como nuestras abuelas a quienes les tocó "bailar con la más fea", o sea, con la sorda. Ahora "las pupis" a "lo bien" compran la leche en un súper mercado, con aire acondicionado, donde encuentran la leche envuelta en bolsas plásticas y selladas y como es “larga vida” pueden comprar la de la semana entrante.
Claro, que por ese modernismo, fue que se acabaron los famosos “cuentos mañaneros del lechero”. Yo recuerdo que como era un pelao, de esos que ahora llaman “piloso”, que no comía cuento, ni tragaba entero, cuando el lechero entraba a casa de la vecina y se demoraba mas de la cuenta (yo que era un “teso” investigando) me montaba en la paredilla, miraba por los calados, y así aprendí como es que se “baila bien el muñeco”
Eso ocurría casi toda las mañanas, cuando me iba para la escuela, porque lo primero que hacía cuando me levantaba; era mirar por la paredilla, para ver si ya el lechero estaba “visitando” a Marinita, una cachaquita que estaba muy buena, pero grosera como ninguna, me decía: No mijo, yo con pelaos no quiero nada, porque la que se acuesta con pelao amanece…
Pero, “en la vida todo tiene su final”, como dice Héctor Lavoe, los tiempos cambian y el tendero, al igual que yo, dejamos de madrugar, por eso ya no busco tiendas abiertas en la madrugada, porque por andar “mal parqueado”, también me pueden dar “viaje”.