domingo, 8 de agosto de 2010

MAGNICIDA

NO ES LO MISMO UN MAGNICIDA, QUE UN GENOCIDA,

PERO AMBOS COMETEN DELITOS DE LESA HUMANIDAD

RaúlMestre.


Ahora que hay tanto loco en el mundo con ansias de poder y no tienen ningún inconveniente en darle de baja a todo aquel que se oponga a sus pretensiones, se han puesto de moda en el mundo, unos términos que ponen los pelos de punta: genocida, magnicida y etnocida.

Veamos por ejemplo el caso de los que matan indiscriminadamente y sin ninguna compasión a un grupo étnico, o sea los llamados “etnocida”, aquellos que destruyen no solo a un grupo étnico, sino su cultura, como ocurre cuando se matan a los indiecitos.

Genocida, por el contrario es quien extermina o elimina a un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política, o de nacionalidad. Esto se ve mucho en el mundo de la política cuando por esas razones se matan a los miembros de un partido politico.

Dentro de todos estos fenómenos también encontramos el magnicida o sea quien mata a alguien importante. Por eso cuando mataron a Álvaro Gómez Hurtado o Luis Carlos Galán los periódicos hablaron de magnicidio.

La creación en 2002 de la Corte Penal Internacional, de carácter permanente, supone un avance decisivo en el ámbito de la justicia internacional.

Es esta Corte la encargada de investigar y juzgar crímenes de genocidio, crímenes de lesa humanidad cuando las autoridades nacionales pertinentes no tengan capacidad o voluntad para hacerlo.

Por tanto, la Corte contribuye a que los Estados cumplan la obligación primordial que les corresponde, o sea, investigar y juzgar los delitos.

Amnistía Internacional inició una campaña en favor del establecimiento de la Corte Penal Internacional en 1993. La organización tuvo un papel muy activo en la redacción del Estatuto de Roma de la Corte, que solo fue aprobado en julio de 1998, asi como de otros documentos complementarios, como las Reglas de Procedimiento y Prueba o los Elementos de los Crímenes, elaborados por la Comisión Preparatoria de la Corte Penal Internacional entre 1998 y 2002.

Desde la adopción del Estatuto de Roma, más de la mitad de los países del mundo lo han ratificado.

Sólo un país, Estados Unidos, se ha opuesto activamente a la Corte. Sin embargo, esta oposición ha disminuido considerablemente en los últimos años, a medida que el trabajo de la Corte ha ido demostrando que los motivos de preocupación del gobierno estadounidense eran infundados.

Para garantizar el éxito de la Corte, Amnistía Internacional persigue que todos los gobiernos ratifiquen el Estatuto de Roma, a fin de asegurar que la Corte tenga la jurisdicción más amplia posible; Todos los gobiernos deben promulgar legislación efectiva para la aplicación del Estatuto de Roma que garantice que los tribunales nacionales pueden juzgar los delitos y que las autoridades de cada país cooperan plenamente con la Corte.

La Asamblea de los Estados Partes, compuesta por los países que han ratificado el Estatuto de Roma, en la actualidad prestan todo el apoyo necesario a la Corte y hacer un seguimiento de sus actuaciones.

El propósito es que todos los gobiernos cooperen con la Corte en la investigación y el enjuiciamiento de los delitos; Investigando y juzgando los delitos de acuerdo con las más estrictas normas de justicia internacional