martes, 31 de agosto de 2010

SOBRENOMBRES

La crónica de Raúl Mestre.
¡EN UN OPERATIVO “CAYÓ”
“ALIAS LA “PARACACHONA” !
Jueces y Policía en “apuros” con la identificación


Raúl Mestre.

La “Paracachona”, la “Tetona”, el “Pelo e burra”, son algunos de los “alias” con que diariamente los medios de comunicación identifican a “los personajes” que delinquen en nuestro medio. Esas personas ya casi no tienen nombre propio, porque si la radio o los periódicos indican que “la policía busca a Carlos Padilla”, para poner un ejemplo, nadie sabe quien es el tal Carlos Padilla, que las autoridades están buscando. Pero si dicen: “Los investigadores creen que el atraco lo cometió “Jopo-Roto”” enseguida toda la gente en “Nueva Granada”, mi barrio, sabe que están buscando a Carlos Padilla.
En la cárcel Modelo, por ejemplo, muy pocos internos son identificados por sus nombres de “pila”. Allí, en ese establecimiento, guardines, presos, funcionarios, aseadores, en fin, todo el mundo le pregunta a uno: ¿Usted es el defensor de “Careñame”? Y como ya uno sabe que aquí no se puede hablar con nombre propio, uno llama al “taxi” como le dicen en la cárcel al tipo que busca a los presos y le dice: “Llámame a Careñame”.
Claro, que en muchas ocasiones, eso nos ha provocado inconvenientes con algunos internos que están presos “por vainas de la vida”, pero que no son bandidos y se disgustan cuando su propio abogado, los llama por el “remoquete”. Y tienen toda la razón.
Después de mucho tiempo, o sea, un día que fui al “Buen Pastor”, o sea la cárcel de mujeres, fue que me entere que a doña Gloria, una mujer que era muy querida en el barrio Olaya, le decían “La Refajo”, porque “las presas” se enteraron que el esposo de doña Gloria, trabajaba en la Cervecería Águila y ella tenia un amante que “camellaba” en la Kola Román.
Pero no es solamente en las cárceles, donde ponen sobrenombres, en la mayoría de los barrios de Barranquilla, la gente para poner “sobrenombres” no andan en “vueltas”, me dijo mi tía Fela, hablando sobre el tema.
“Imagínate, me dijo, que a Miguel, un hombre que no se mete con nadie, ahora los pelaos de la cuadra, le dicen: “gallina vieja” dizque porque “come y no pone”.
Pero la culpa de todas esas faltas de respeto, como lo es cambiarle el nombre a una persona, la tienen los padres de familia que permiten que a sus hijos en el colegio, les pongan remoquetes.
Alberto Agamez, el periodista, me envía la siguiente nota: “Raúl, no existen pueblos donde hayan mas apodos que los ribereños y el líder es Soplaviento, imagínate que un pelao de ese pueblo, se fue a estudiar a Cartagena y le tocaba mandar la ropa sucia en la “chiva” y se la regresaban del pueblo los lunes planchada.
Un martes, el chofer de la chiva, le dijo. "ayer te deje la ropa con el "cara e peto",. Y quien es ese ¿Preguntó el pelao. El chofer puso cara de bobo y le dijo: ,”Mira, el hermano de "jopo de hilo", primo de "Boca e punto", ahijado de "bililá" que vive por la calle donde "rana vieja" que anda con "nariz de bofe" y tiene una hija con "teta e vaca", la pelá que se casó con el hijo de "pitongo".....Bueno el caso es que cuando le nombraron 300 apodos, el pelao no tuvo mas que decir, “Ñierda se me perdió la ropa”