Crónica del día
¡ANITA SE PRACTICÒ UN ABORTO
Y EL MEDICO LA “DESCUARTIZÒ!
*Luego botó sus restos en la vía a Puerto Colombia.
Raúl Mestre
Hasta ahora, nadie se había interesado en publicar los detalles de uno de los crímenes más escalofriante ocurridos en Barranquilla; sin embargo, como ha pasado tanto tiempo y hoy si se puede “echar el cuento” vamos a contar lo ocurrido el lunes 29 de Agosto de 1955 o sea el crimen de “Anita la descuartizada” descubierto por unos campesinos que caminaban desprevenidamente por la vieja carretera de Puerto Colombia.
Los campesinos dicen que primero se encontraron “la mano cercenada” de una mujer que tenia las uñas pintadas. Mas adelante, como si el susto no fuera suficiente, descubrieron “una pierna”, y luego al lado de una piedra, encontraron “una oreja” y fue así como poco a poco llegaron hasta un lote enmontado donde hallaron “el cadáver de “Anita la descuartizada” y sin cabeza.
Pese a lo terrorífico que resultó aquello, no fueron los restos humanos, lo que mas impresionaron a los campesinos, sino el dicho de los peritos de medicina legal, quien al examinar el hallazgo, establecieron que el cadáver fue perfectamente lavado con un producto a base de yodo para que no hubiesen huellas de sangre.
La investigación también logró establecer que en la madrugada de ese lunes 29 de Agosto de 1955 un vehículo muy sospechoso fue visto por los alrededores del kilómetro 10. El auto era de propiedad de un medico cuyo nombre se me escapa en estos momentos; en todo caso, en ese entonces en Barranquilla no había la cantidad de carros que hay hoy y casi todo el mundo sabia quienes eran los propietarios de los vehículos que rodaban por la ciudad. “Por eso fue que la gente supo que el asesino era el medico ese cuyo nombre no recuerdo, en todo caso, tenia “un consultorio popular” por los alrededores de la calle de las Vacas”.
Gonzalo Jiménez, el agente de la Policía, primero en llegar al lugar de los hechos luego que los campesinos dieron la voz de alarma, pronosticó que no seria posible establecer la identidad de la víctima porque le habían arrancado los surcos o patrones de las yemas de los dedos. Sin embargo, la gente dijo que se trataba de Anita; una muchacha que vivía por los lados de Rebolo.
¿Dónde se realizó el descuartizamiento? Preguntaba la prensa de aquel entonces: “Por lo perfecto de los cortes, esto tuvo que hacerlo un medico cirujano” Dijo el perito de Medicina Legal.
En desarrollo de las primeras indagaciones los investigadores llegaron hasta el consultorio, donde supuestamente Anita se había ido a practicar un aborto y comprobaron que el medico, en realidad si realizaba legrados con los dedos de su mano derecha los cuales utilizaba como si fuera “un gancho de ropa” y cobraba a 100 pesos y a veces hasta por menos, si la clienta no tenía suficiente dinero.
El medico les suministraba a las pacientes dos pepas de Misoprostol que también es un medicamento para la gastritis (hoy se conoce comercialmente como Citotec) y después sus dedos se encargaban de que no quedara nada dentro del útero.
Pese a que el medico negó que hubiera estado en el consultorio en la madrugada del domingo 28 de Agosto, los investigadores comprobaron que si había estado y que si prestaba ese “servicio” y que además “atendía a las pacientes en un cuarto donde las paredes tenían grietas taponadas de mugre, y techo con vigas abrazadas por telarañas y comején lo cual confirmaba la hipótesis de que la muchacha se fue a practicar un aborto y por una infección murió en la camilla y el medico se puso nervioso y decidió descuartizarla para no verse en problemas judiciales.
El celador de un viejo teatro conocido como “El Dorado”, rindió en aquel entonces un testimonio escalofriante. “Yo vi al doctor salir a media noche con un hombre que se llamaba Carlos Martínez, en su vehículo luego de empacar algo muy extraño (¿restos?) en bolsas plásticas y doña Clara Vengoechea, quien tenia una tienda de abarrotes por aquel lugar, me dijo que se fueron hacia Puerto Colombia”.
Sin embargo, dos días después de aquel testimonio, el celador se retractó, se cree que le dieron un billete y dijo que no había visto nada y que declaró así porque estaba borracho. Pero, esa no fue la única declaración contra el medico, hubo varias, pero todas chocaron contra “una muralla de influencias” que finalmente dejó el crimen en la mas absoluta impunidad