Crónica del día
¿QUE QUÈ? ¿TRES QUÈ?
¡NO SEA “CHACHARERO”!
Raúl Mestre
En un mundo sensato, se podría decir que las infidelidades no constituyen noticia, pero como en San Roque, la gente está perdiendo la sensatez, vamos a contar lo ocurrido la semana pasada, en ese tradicional sector; con un vecino de mas de 80 años, quien tenia a la gente “verde” de tanto vociferar que su mujer, después del tercero, se levantaba de la cama y le gritaba: ¡ bravo y lo aplaudía!.
Los vecinos tras escuchar esa desfachatez, lo tenían “abierto” es decir lo tenían “apartado” a “metro” por “chacharero” hasta el pasado viernes, cuando se enteraron que al susodicho señor de los “tres polvos” se lo habían pillado “martillando” con un pelao en la ultima banca de un bus de transmetro.
Los vecinos estaban tan emocionados con la noticia, que no cabían en las ventanas para ver la cara de la esposa (quien tampoco es una “pera en dulce”) pues esa señora tiene una lengua que se peina con ella, imagínense que los domingos llegaba a la caja del supermercado, sacaba la calculadora y, aprovechaba para sacar la cuenta de los hombres que sus vecinas se habían devorado en la vida.
Por eso el viernes, cuando se supo que su esposo “tres polvos” tuvo un desliz con un muchacho, los vecinos de San Roque, formaron un “arroz con mango” con esa noticia. Mejor dicho se armó el tierrero más grande porque alguien se encargó de pasar la información “de casa en casa” y, por si había dudas, enviaron un video donde el señor bailaba “de-a-ta-que” con el mismo pelao.
Ella, o sea, la esposa, no le daba crédito a la noticia y decía a sus amigas que los hombres casados que no se fugan los viernes en la noche es porque tienen un problema de disfunción eréctil y que a su marido no tenia ese problema y le gustaban tanto “las peladas” que no mancaba un viernes para irse a echar una “canita al aire”
Y cuando le preguntaban por “las debilidades” del marido, respondía a las amigas que ese hombre era un toro, incluso cuando lo veían por la calle le gritaban “Booollooo”.
Sin embargo, la mujer después del escándalo no tuvo mas remedio que mudarse y montó un negocio de pero la gente, perversa como siempre, le preguntaban por el toro.