Durante el período de Semana Santa la Policía Nacional incrementará la cantidad de agentes que patrullan en las calles y avenidas de la ciudad, con el objetivo de impedir “muertes y casos violentos” en esta semana de recogimiento.
La medida se tomó teniendo en cuenta que en los últimos años la semana santa se ha convertido en “Siete días de parranda” según dijo un hombre que llegó en una camioneta Toyota a comprar 4 botellas de whisky a una licorera disque “para guardar estos días santos”.
La verdad es que ni criminales, ni fleteros, honran la Semana Mayor y eso es lo que los muchachos de hoy en día, han aprendido: ¡Semana Santa es una nota mi llave!¡ Decían los pelaos, en la terminal de transportes, mientras escondían los condones en un rincón de la maleta. Parece que se hubiera perdido el respeto, las tradiciones y hasta la devoción.
Y no son solo los muchachos. Muchos son los veteranos que en esta semana; “Echan la red a ver si “pescan una sardinita” para comérsela el jueves santo. Eso son los individuos que merecen estar “colgados en una cruz, en medio de ladrones, fleteros, sicarios, jíbaros, y demás vagabundos; jamás deben pensar que pueden “estar con el todopoderoso en el Paraíso”, sino amarrados de pies y manos en un calabozo en la Modelo
En esta semana santa, los devotos volveremos a escuchar muy juiciosos “El sermón de las siete palabras” y con seguridad también escucharemos, como el año pasado, los gritos desesperados de una señora a quien un gamin le arrebató “un bocachico frito” que la mujer había comprado para departir con sus hijos, diciéndole “dar de comer al hambriento”. Descaradamente el gamin criticaba a la señora diciendo: “Es que la gente de ahora “predica y no practica. vieja”!
Mientras tanto en el centro, una mujer después de cobrar en un banco una gruesa suma de dinero, se metió en una iglesia acompañada de varias amigas para dar gracias a Dios, , al tiempo que un joven que la seguía; al descubrirla entre los feligreses, abrió los brazos y le dio un beso, y enseguida llegaron los compinches del bandido y le pusieron un revolver en la cabeza y le quitaron el billete.
Y lo mas irónico es que ese mismo fletero, cuando el juez en la audiencia le negó “la casa por cárcel, “porque usted es un peligro para la sociedad”, el bandido se metió la mano en el bolsillo y sacó de su cartera la imagen de nuestro señor Jesucristo y mirando a cristo crucificado, le preguntó: "Señor, ¿Por qué me has abandonado?". Cuando le criticamos al bandido su cinismo, el tipo nos miró con cara de sorpresa y nos dijo: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”.