Crónica del día
¡CONFIÉSE QUE ES EL MISMO
PERRO; CON DISTINTO COLLAR!
Lo que se ve durante el fin de año
Raúl Mestre
A comienzos de diciembre, antes de salir de casa, dejé en una repisa la plata para pagar el recibo de la luz. Porque ahora, si la factura no se paga enseguida, llega un camión con “una cuadrilla” que parecen gozar con la mala situación de la gente, y te cortan la luz.
Bueno, pero lo que quiero decir que soy tan prevenido, como despistado, porque fue solo cuando llegué a la oficina y vi que los empleados de contabilidad ya habían “decorado” su sección con moños en cada cubículo y el jefe de la sección, (quien yo suponía era un hombre serio), trabajaba con un gorro navideño sobre la cabeza, fue cuando me di cuenta que había llegado navidad.
Época en que se ven las cosas más absurdas. Por ejemplo; en navidad, el jardinero de la empresa, un hombre que gana el salario mínimo, fue a un supermercado y se compró tres clases de Jabón, dos champús, loción para el pelo, crema de afeitar, aftershaves, crema dental, dos tipos de enjuagues bucales (para antes y después del cepillado), desodorante, perfume y talco para pies.
Al regresar a casa encontré a mi mujer en un rincón decorando un arbolito de navidad y poniendo flores y colgantes por todos lados, mientras mi hija preparaba una “ancheta navideña”, y en la cocina una señora experta, preparaba el plato fuerte de “noche buena” o sea grandes pavos, buñuelos y perniles. Ahí fue cuando me enteré que “hicieron feria con la plata de la luz”. ¿Tomaron esa plata para comprar adornos navideños? Pregunte. ¡Claro, dijo mi mujer, no ve que este año hay que armar pesebre para ganar el concurso por encima de las 48 casas del barrio que participan en el evento.
¿Y si nos cortan la luz? Pregunte en forma ingenua a mi mujer quien de inmediato abrió los ojos y con la escoba entre sus manos como si fuera una lanza me respondió: ¡Ese no es mi problema!
Y lo peor es que todos los años y en todas las casas se ven las cosas más asombrosas.
El 31 de diciembre del año pasado, a las doce de la noche, una vecina cuyos mejores recuerdos que guardo del año es haber sido mentirosa, traicionera, rencorosa, egoísta, chismosa, necia, testaruda, camorrera, odiosa, en fin, hipócrita, a la hora de los pitos” se convirtió en la mujer mas cariñosa, bondadosa, afable, , generosa, magnánima, sensible, suave, tierna, tolerante, apacible, en fin, hidalga, indulgente y con gran facilidad para perdonar, hasta el punto que todo el mundo la abrazaba porque a esa hora todos la encontraron simpática, tierna y hasta delicada. Cubren su doble faz con un disfraz amable de mujer benévola, cordial, dócil, y hasta dulce pero, al resto del año: “Es el mismo perro con distinto collar”.