Crónica del día
LA “CIBERPATOLOGÍA”, NUEVA
PREOCUPACION PARA LOS PADRES
*Niños quieren ser los héroes de Final Fantasy VII.
Raúl Mestre
El domingo pasado, ahí, en la puerta de lo que fue el “Teatro La Bamba”, un niño como de nueve años, lloraba desconsolado porque el papa, un psicólogo especialista, le prohibió un videojuego que muestra la historia de “Final Fantasy VII” , alegando que estos juegos son un peligro y pueden derivar en una “ludopatía”, y que los niños que pasan horas y horas delante del “PlayStation”, muestran comportamientos agresivos y en algunos casos, pueden convertirse en auténticos psicópatas.
No imaginaba ese niño, que treinta años atrás, cuando yo era un pelaito como él, un domingo en ese mismo sitio, también lloraba, no por falta de “videojuegos” que esa vaina no existía, sino porque mi abuela, no me dejaba ir a ver las películas mexicanas, alegando que “Ese pelao, por andar pendiente de Cantinflas, La flaca Vitola, Pedro Infante, Pedro Armendáriz, y Sara García, sacó 2 en Geometría,1 en aritmética y 3 en geografía.
Sin embargo, (ella como que “había sacado 10”), porque pese a que las colas para entrar a “La Bamba” llegaban desde la iglesia de San Roque hasta la esquina de “Concordia” todos los domingos se iba con Fela, Soledad y mi tía Aura, a ver ‘Nosotros los pobres’ una película de Pedro Infante’ la cual vio tantas veces que se la sabía de memoria. Claro que como en ese tiempo no habían sicólogos nadie habló de “la ciberpatología”, o sea, la adicción a Internet y a los videojuegos
Pese a que yo podía ver las películas con sólo subirme al palo de mango, que estaba en el patio dela casa, quería estar como los mayores; sentado en las bancas de madera, viendo ‘Nosotros los pobres’. Algunos dicen que “La Bamba” se cerró hace 30 años, otros que 35, pero a mi me parece que fue ayer que nos sentíamos tan cerca de la pantalla y de los protagonistas que todos queríamos ser Jorge Negrete o Pedro Infante. En cambio algunos pelaos hoy en día aprenden de Yuffie Kisaragi quien roba usando los mismos trucos que aparecen en Final Fantasy VII diciéndole a Zack que "mire su teléfono" o que "use el punto de guardado". Sin embargo, Zack, no caerá ni una vez y le responderá cosas como "no me la pegas" o "¿ya vuelves a usar el mismo truco que no te funcionó antes?". En aquellos años “sesentas” en Barranquilla había casi que un teatro por barrio” y los pelaos en las esquinas solo hablábamos de “lo bacano” que bailaba La Tongolele” una artista hermosísima, que don Roberto Esper, trajo a Barranquilla en aquellos tiempos felices en que todos éramos jóvenes. Y también fue gracias a don Roberto, que la gente en Barranquilla vio cantar de cerquita a Celia Cruz y a Daniel Santos”. Claro que mi hija (quien se las pica de café con leche) al escucharme estos cuentos dice: “No logro imaginarme que allí en ese edificio ruinoso, hubiera cantado ‘La guarachera de Cuba’.
El niño que estaba llorando el domingo, allí donde un día quedó “La Bamba” tampoco podía imaginarse que aquellas imágenes en las que “un joven asesinó a sus padres con una katana, porque pensaba que se trataba del héroe de “Final Fantasy VII”. O aquellas de los chicos norteamericanos “que realizaron una horrible matanza en Colorado, asegurando que ambos, Eric Harris y Dylan Klebold, eran fervientes seguidores del archiconocido “juego Doom”, son sucesos que tres décadas atrás, no podían darse porque ningún pelao sufría “la ciberpatología”, que hoy padecen muchos y que es finalmente la gran preocupación y temor de los padres de hoy por la tecnología. Era preferible entrar a vespertina para soñar a cambio de 5 “chivos