Crónica del
día
¿QUÉ HACEN UNOS COSTEÑOS
HABLANDO COMO
CACHACOS?
Venga y vea el
diccionario de las abuelas barranquillera
Raúl Mestre
Ahora que están de moda las criticas
por el “hablao” de algunos costeños, y muchos locutores de algunas emisoras les
encanta hablar como los cachacos; pronunciando con énfasis las “s” y ahora
que algunos jueces quedan “locos” con la “jerga” que utilizan los presos cuando
los “vales” se “defienden” en los
estrados judiciales, y además como hoy es viernes de despeluque, sería bueno
echarle una revisada a la carrandanga, de
frases que conforman el diccionario de nuestra abuelas, para que vean lo “duro que muerde el mico” y lo rico y fluido de su lenguaje.
Veamos: Cuando a una persona la
cogían de improviso ellas decían “Lo cogimos a “cuello corto” y si una persona hacia las cosas a la “machota”,
ella decían que esa persona hacia las cosas “A la
topa tolondra”, Si alguien era muy lento, muy demorado, entonces decían: “No mija, ese hace las cosas a las mil y quinientas”.
Achantarse era achicopalarse.
A un hombre flojo le decían que era un barbachán, un
atarván, es decir, un hombre ordinario,
y hasta basto. Y si el tipo era de esos
grandotes ( “acaba ropa” que llaman), entonces decían que era un camastrón, o sea una persona grande, corpulenta. El Cancamán
era ese individuo ordinario, sin modales, inculto. También le decían así al pícaro, al bribón, al aprovechado. Si el tipo tenía una gran fuerza
física, entonces ellas decían que ese
tipo tenia Cañaña.
Chabacano era el hombre grosero, burdo, ordinario
y si el tipo era de esos “huevos pasados de luna”, medio bobos , entonces las
abuelas decían que ese hombre era una Chácara. Y algunas para ponerle mas picante decían “Es
una hueva inflamada”
Changonguear, para nuestras abuelas, era andar sin
hacer nada productivo, mamar gallo, payasear, no ser serio. Changonguería,
era esa falta de seriedad, la burla,
la payasada con que algunos se comportan. Cranear, era pensar, idear.
Curucutear era rebuscar, escudriñar, manosear, hurgar revisar,
explorar. Chismosear, era y es conversar
mucho. Escachucharse era desordenarse, abandonarse definitiva o
temporalmente a una afición, actividad o vicio, Esguarrulado, es dañado,
gastado, viejo, desvencijado. Durango asi se le dice
a los tacaño, avaro. Empelucharse recobrar las
fuerzas, salud, mejor dicho bienestar. Emperchado, bien vestido. Emputado, furioso. Una enhuesada era una complicación
una decepción. Emperrarse era aficionarse de manera enfermiza a
alguien o algo. Empestado, agripado, resfriado. También se dice de algo hediondo,
fétido, maloliente. Empestar contagiar alguna enfermedad viral a
otra persona, especialmente gripa. 2. dejar hediondo un sitio. Empiñado, que
pertenece a una piña, bien relacionado. Empinar meter a
alguien en una piña, empiñarse. Encalanchinarse, es confabularse,
ponerse de acuerdo contra alguien. Encanado, es estar preso, mejor dicho
“modelando”. Encarretarse entusiasmarse con algo o alguien encartarse
complicarse con una situación embarazosa, incómoda. Encarte
complicación, situación embarazosa, incómoda. Encender: emprenderla,
abrumar: lo encendieron a patadas: la emprendieron a patadas contra
él. Enchapetarse emborracharse. Enculebrarse
meterse en problemas. Endeudarse. Enzorrar fastidiar, aturdir a alguien.
Enzorre acción y efecto de enzorrar a alguien. Flojera
no es mas que lo que los cachacos llaman: pereza. Floripondio homosexual. Jopérico,
malo, indebido, aburrido, aún más que jopo: jopoloco dícese
de la mujer promiscua. Lavaperro persona dedicada a oficios menores. Mondado,
sin dinero, empobrecido, Pantallero exhibicionista, aparentador. Pato
persona que va a una fiesta sin haber sido invitado. Pastelero, vendido,
desleal, Pechichón, consentido. Pollerón aplicase al hombre chismoso y
que se entromete en asuntos de mujeres. Zapear delatar a alguien.
Zafarrancho desorden, fiesta alegre y desordenada.