sábado, 12 de mayo de 2012


Crónica del día
¿QUÉ HACEN UNOS COSTEÑOS
 HABLANDO COMO  CACHACOS?
Venga y vea el diccionario de las abuelas barranquillera

Raúl Mestre
Ahora que están de moda las criticas por el “hablao” de algunos costeños, y muchos locutores de algunas emisoras les encanta hablar como los cachacos; pronunciando con énfasis  las “s”  y  ahora que algunos jueces quedan “locos” con la “jerga” que utilizan los presos cuando los “vales” se “defienden” en  los estrados judiciales, y además como hoy es viernes de despeluque, sería bueno echarle una revisada a la carrandanga, de  frases que conforman el diccionario  de nuestra abuelas, para que vean lo  “duro que muerde el mico” y lo  rico y fluido de su lenguaje.
Veamos: Cuando a una persona la cogían de improviso ellas decían “Lo cogimos a  “cuello corto” y  si una persona hacia las cosas a la “machota”, ella decían que esa persona hacia las cosas  “A la topa tolondra”,  Si alguien era muy lento, muy demorado, entonces  decían: “No mija, ese hace las cosas  a las mil y quinientas”.
Achantarse era achicopalarse. A un hombre flojo le decían que era un  barbachán, un  atarván,  es decir, un hombre ordinario, y hasta  basto. Y si el tipo era de esos grandotes ( “acaba ropa” que llaman), entonces decían que era un  camastrón, o sea una  persona grande, corpulenta. El Cancamán  era ese individuo ordinario, sin modales, inculto. También le decían así al  pícaro, al  bribón, al  aprovechado. Si el tipo tenía una gran fuerza física, entonces ellas  decían que ese tipo tenia Cañaña.
Chabacano era el hombre  grosero, burdo, ordinario y si el tipo era de esos “huevos pasados de luna”, medio bobos , entonces las abuelas decían que ese  hombre era una  Chácara.  Y algunas para ponerle mas picante decían “Es una hueva inflamada”
Changonguear, para nuestras  abuelas, era  andar sin hacer nada productivo, mamar gallo, payasear, no ser serio. Changonguería, era esa  falta de seriedad, la burla, la payasada con que algunos se comportan. Cranear, era   pensar, idear. Curucutear  era rebuscar, escudriñar, manosear, hurgar revisar, explorar. Chismosear, era y es  conversar mucho. Escachucharse  era desordenarse, abandonarse definitiva o temporalmente a una afición, actividad o vicio, Esguarrulado, es dañado, gastado, viejo, desvencijado. Durango asi  se le dice  a los   tacaño, avaro. Empelucharse  recobrar las fuerzas,  salud, mejor dicho  bienestar. Emperchado,  bien vestido. Emputado,  furioso.  Una enhuesada  era una complicación una decepción. Emperrarse  era aficionarse de manera enfermiza a alguien o algo. Empestado,  agripado, resfriado. También se dice de algo hediondo, fétido, maloliente. Empestar  contagiar alguna enfermedad viral a otra persona, especialmente gripa. 2. dejar hediondo un sitio. Empiñado, que pertenece a una piña, bien relacionado. Empinar  meter a alguien en una piña, empiñarse. Encalanchinarse, es   confabularse, ponerse de acuerdo contra alguien. Encanado, es estar preso, mejor dicho “modelando”. Encarretarse  entusiasmarse con algo o alguien encartarse  complicarse con una situación embarazosa, incómoda. Encarte  complicación, situación embarazosa, incómoda. Encender: emprenderla, abrumar: lo encendieron a patadas: la emprendieron a patadas contra él.  Enchapetarse  emborracharse. Enculebrarse  meterse en problemas. Endeudarse. Enzorrar fastidiar, aturdir a alguien. Enzorre  acción y efecto de enzorrar a alguien. Flojera  no es mas que lo que los cachacos llaman: pereza. Floripondio  homosexual. Jopérico, malo, indebido, aburrido, aún más que jopo: jopoloco  dícese de la mujer promiscua. Lavaperro  persona dedicada a oficios menores. Mondado, sin dinero, empobrecido, Pantallero  exhibicionista, aparentador. Pato  persona que va a una fiesta sin haber sido invitado. Pastelero, vendido, desleal, Pechichón, consentido. Pollerón  aplicase al hombre chismoso y que se entromete en asuntos de mujeres. Zapear  delatar a alguien. Zafarrancho  desorden, fiesta alegre y desordenada.