LA RADIO EN LOS TIEMPOS
EN QUE NO HABIA GUERRA
“Con dos
puñaladas basta”. ¡Carajo…!
Raúl Mestre
Cuando Barranquilla era un remanso de paz, las
primeras voces de la radio, según los viejos barranquilleros, fueron las de Juan Eugenio Cañavera, y Tomás
Emilio Alba. Pero después surgieron locutores como Marcos Pérez, Edgar Perea, Tomás Barraza
Manotas, Efraín Peñate Rodríguez, Carlos Fernández Garay,
Cécil Alfonso Pardo, Álvaro Ruíz Hernández, Félix Chacuto, en fin, muchos otros (que al igual que Napoleón Perea y Meporto en Cartagena), eran unos “sobrados de
la radio”. Claro que
cada cual tenía un estilo propio: Gustavo Castillo, por ejemplo, al mencionar
al Negro Adán, decía: “¡Amigo Mío!”
y si nombraba a Rafael
Figueroa, “Ralphy 100”, también decía: “¡Amigo Mío!” En aquel entonces también popularizó dichos como: “Ni hablar del peluquín, doña Julia” y como
era “mamador de gallo”, tenia una propaganda que decía: ¿Sabe por
qué a su novia le gusta tocárselo?... porque ‘Tarde o temprano, su radio será
un Phillips y Murcia se lo vende en la calle de Jesús’. Marcos Pérez, quien
estaba “mamado” de: “Murcia se lo vende
en la calle de Jesús’, un día lo fregó:
“Su equipo de sonido, “¡Glottman, se lo fía!”.Otra anécdota de Marcos
Pérez, fue cuando un
político local, no fue nombrado en un
puesto; “porque el Dr. Jaime Held,
descubrió que tenía dos procesos penales
en curso”, entonces Marcos Pérez, preguntó: ¡Aja! Jaime, ¿Entonces
cuantos procesos se necesitan?
De no
olvidar el día que un cachaco de saco oscuro, pañuelo blanco y paraguas
negro, que tertuliaba en un café del centro de Bogotá, vio en
televisión que Edwin Tuiran Ruiz, presentaba “en vivo y en directo, “ala”, al gran locutor costeño, Marcos Pérez, quien
fue invitado para que transmitiera por
televisión, una pelea de Pambelé. Como el combate ya iba a empezar y no había tiempo
para protocolos, Don Marcos, tomo el micrófono y dijo: “Bueno ya va a ha
comenzar la pelea, en la esquina azul, está Antonio cervantes, kid Pambelé, en
la roja, Chan King lee y el arbitro es Chokus Tklava, que en español significa:
José Pérez” La gente se quedó muda. Los
barranquilleros no nos sorprendíamos con esas ocurrencias, porque Marcos Pérez, nos tenia acostumbrados. Cuando el “Tomas Arrieta” se llenaba de “bote en
bote” y por el Caribe pasaba el terrible “Huracán Betsi” , una tarde gris, hubo un partido entre el Willard y el
Astilleros Magdalena, a cuyo octavo bate; Eusebio Mercado, no
bateaba ni con una tabla. Pero, esa tarde “Pellejito”, como le decían, pegó un “triple”, un “tubey” y hasta un “Jonrón”. En el octavo episodio
cuando “Pellejito Mercado”, venia
a batear, Marcos Pérez, se lo quedó mirando, tomó el micrófono y dijo
“Ahora, el turno al bate le
corresponde a Eusebio Mercado “El Huracán Betsi”
En mis tiempos de universidad en Bogotá, cuando la gente se reía de un Graffiti que decía: "El
dolor quedó atrás: Atentamente: “Un gay”, recordaba a otros locutores costeños como Cécil Alfonso Pardo, un personaje dicharachero
quien con su muy peculiar manera de locutar, un día mientras
informaba que una meretriz fue
asesinada “de once puñaladas”… hizo una pausa y dijo: “¡Hombe, con dos
basta”…!”, Así con ese estilo desabrochado, directo, campechano,
también hacia sus propagandas ¿No recuerdan aquella de La
Crema de afeitar Mennen? ¡Caballero: hágasela suave y
placenteramente… untándose Crema
de afeitar Mennen” Otra cuña famosa de
Cecil, fue la de palillos para dientes “El Pingüino” : Señorita: “Si su mama se mete el dedo, y
su hermana también... No haga usted lo mismo. Use palillos para dientes “El
Pingüino”.
Seria infinito
habla de los buenos locutores que ha tenido Barranquilla. Andrés Salcedo, quien narraba el fútbol con palabras
rebuscadas y metáforas de tipo literario. El Campeón Edgar
Perea, Sin
duda uno de los narradores
de Colombia y quien Cuando
estaba en su apogeo un día furioso dijo al aire qué tanto se las tira
Juan Gossain, por que no averiguan
porque lo botaron del espectador, Gossain quien iba en su carro al escuchar
aquello montó en cólera dio media vuelta y se fue directa hasta donde estaba
Perea transmitiendo se remangó las
mangas de la camisa y entró enfurecido a la cabina donde estaba Perea quien al
verlo me dicen que se puso mas blanco que el mono Raúl correa y solo alcanzó a
decir aquí en el estudio tenemos al mejor escritor vivo que hay en Colombia don Juan Gossain. Yo no he venido
a eso solo quiero que usted diga al aire por que fue que me botaron del
espectador No Juancho, mi hermano que te vas a poner un hombre de tu altura a
pelear con esos cachacos chichipatos. Efraín
Peñate Rodríguez, Tomás Barraza Manotas, cuyo eslogan era: ¡Tranquilos, que el equipo
gana!
Carlos Fernández Garay, quien en
los carnavales trasmitía desde el Paseo de Bolívar, y decía: “¡Bando, bando,
bando, la que no la haya “dado”, que lo vaya dando!” También
me acuerdo de los programas de Álvaro Ruíz Hernández, quien hacia
“Guerra al crimen” y otros programas de terror ¿Señorita, no le da miedo
andar solita a esta hora y en un lugar tan obscuro? - ¡Ahora no, pero cuando estaba
viva si”. También me acuerdo
de Sansón Vellojín, y el Radio Teatro de la Voz de la Patria, donde conocí a el maestro Rubén Alonso,
Estercita Forero, Félix
Chacuto, quien como era decorador en
Almacenes “Lindo Pie”, Edgardo
Pereira y El Vivero, los pelaos le “mamaban gallo” y el siempre decía: “Siguen siendo indios, solo que ahora
le cambiaron las flechas por las
piedras”. Bueno, eso
por lo lados de Barranquilla, pero, Cartagena, no se quedaba atrás: ¿Recuerdan
a Napoleón Perea?, el hombre que en las transmisiones de beisbol, decía:
"La bola pica y se extiende", "A eso no le llega nadie", Meporto"
quien conocía tanto de cine, como de
música, psicología o literatura, sin pero que era “un cañeador” de altos
quilates, en una en una transmisión aludió
a “La espada de Aristóteles”. Obviamente, al día siguiente; Chelo
de Castro, en su columna, le aclaró que no era “La espada de Aristóteles” sino “La espada de Damocles” Pero, Meporto, para no quedar en
ridículo, respondió: ¿Chelo, no sabe que todos
esos griegos cargaban espada?”.