lunes, 23 de julio de 2012


GRAVE E INJUSTA  PROVOCACIÓN
DE LOS GRINGOS EN AFGANISTÁN.
Soldados estadounidenses “orinando sobre  cadáveres de  talibanes”, 
Raúl Mestre
Las patadas,  cachetadas y  arrastrada que los indios del Cauca les dieron a nuestros soldados recientemente, fue una  humillación que me hizo recordar  aquel  vídeo donde aparecen unos  soldados estadounidenses “orinando sobre los cadáveres de unos  talibanes”. Tal vez por eso   ayer, después de tanto tiempo, me puse  a ver nuevamente, aquel  vídeo grabado por un aficionado, donde  cuatro hombres vestidos con el uniforme norteamericano  se reían mientras orinaban sobre tres cuerpos ensangrentados. Esta filmación fue la que finalmente me hizo entender la furia que en aquella ocasión tuvo el  presidente afgano, Hamid Karzai, quien dijo sentirse "profundamente perturbado" por esta "profanación" de los cadáveres de tres afganos por parte de soldados estadounidenses y exigió al Gobierno de Obama "el castigo más severo" para los culpables.
Y es que en realidad no era la primera vez que el cuerpo de infantes de marina de Estados Unidos  provocaba un escándalo. En el 2004, en  Abu Ghraib se mostraron  fotos de prisioneros iraquíes humillados por militares norteamericanos y son infinitos los   casos  de  profanaciones por parte de  soldados  norteamericanos  al pueblo afgano (como rumores sobre un Corán tirado en un orinal o la publicación  de caricaturas de Mahoma las cuales, como se recordará, desencadenaron  la cólera en Afganistán, así como manifestaciones violentas y en algunos casos mortíferas.
Por todo esto es que los talibanes han asegurado   que "la 'yihad' (guerra santa) no se detendrá". Recientemente, un militar del contingente estadounidense de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad de la OTAN (ISAF) salió de su base en la provincia de Kandahar, bastión talibán, asesinó a los ocupantes de tres casas de los pueblos de los alrededores, entre ellos nueve niños y tres mujeres, y quemó sus cuerpos.
Los talibanes juraron vengar esa masacre,  considerado que esto era un acto blasfematorio y como tal  desencadenó una ola de violentas manifestaciones anti estadounidenses en el país que dejaron casi 40 muertos. ¿Lo recuerdan? Los talibanes, derrocados a finales de 2001 por una coalición internacional liderada por Estados Unidos y que combaten desde entonces contra el gobierno de Kabul y la ISAF, reaccionaron a esta matanza en un comunicado publicado  en internet. Los rebeldes, con los que Washington y sus aliados de la OTAN continúan combatiendo a pesar de negociaciones paralelas de paz, anunciaron que "se vengarán" de "cada una de las muertes" perpetradas por los "estadounidenses salvajes y enfermos mentales".
La mayoría de las víctimas son niños inocentes, mujeres y ancianos".  Tras cometer la masacre, el soldado estadounidense podría haber regresado a su base, en donde debería  estar detenido pero la   ISAF no ha dado de momento ninguna explicación sobre el paradero  del militar. El Parlamento afgano pidió  que los culpables norteamericanos de la matanza sean juzgados en público en Afganistán porque el  presidente afgano, Hamid Karzai, dijo que ya se está llenando la copa  y denunció el hecho como  "un acto de asesinato, terrorista e imperdonable" El presidente  pidió "explicaciones" a Washington, pero el presidente  Barack Obama, se limitó ha lamentar el caso como  un drama "trágico y consternante" y le aseguró el compromiso de su gobierno "para establecer los hechos lo más rápidamente posible  para responsabilizar" a quienes sea necesario, pero, sin duda,  este nuevo drama amenaza con complicar  las  negociaciones entre Washington y Kabul. Ambos intentan ponerse de acuerdo sobre las condiciones de una asociación estratégica a largo plazo pero los gringos continúan humillando a los afganos. Este acuerdo tiene por objetivo, entre otras cosas, definir la modalidad de la presencia estadounidense en Afganistán después de 2014, fecha en la que la OTAN prevé haber retirado todas sus tropas de combate, y la eventual constitución de bases permanentes, un tema sensible en un país históricamente alérgico a toda presencia militar extranjera.
Washington fracasó cuando intentó concluir un acuerdo similar en Irak al no obtener del gobierno de Bagdad una garantía para la impunidad judicial de sus soldados, y tuvo que retirar el conjunto de sus tropas. La matanza  que hoy ocupa la atención del mundo me  recuerda la que sucedió en  noviembre, donde un soldado estadounidense  fue acusado de haber matado a civiles afganos solo para distraerse. Por ello  el 60% de los estadounidenses estima que la guerra en Afganistán no vale la pena y más o menos el mismo porcentaje quiere una retirada anticipada de las tropas de ese país.